Me
siento en este banco todos los días, para desconectar un poco de todo,
es tranquilo y los pájaros cantan melódicamente, quizás, agradeciendo el
sol.
Me como un sandwich del super y un coca. Ahora me vienen a la mente mis tiempos mozos, aquellos en los que salí de la universidad, creyéndome alguien y alguien conseguí ser.
Desde que tengo uso de razón he sido un hacha para los negocios.
A base de engaños y pisotones, logré hacer una gran fortuna.
Me
case con una buena mujer que me dio dos hijos increíbles. Nos compramos
una enorme casa con jardín y piscina para disfrutarla todos.
Seguía engañando y estafando solo por dinero, era lo único que a mí me importaba hacer dinero lo demás era secundario.
Desatendía
a mi familia, por completo desaparecía en los cumpleaños, fiestas,
navidad... todo por trabajo, me obsesionaba hacer dinero.
Un día desaparecieron de mi vida, me quedé solo.
Todo empezó a irme mal, la gente me abandonó como mi familia, lo perdí, hasta mi dignidad.
Aquí estoy ahora mismo, sentado en este banco, comiéndome un sandwich que he robado en el supermercado,
bebiendo de una botella que he encontrado en la basura, estaba medio
llena. Como alguien puede tirar una botella sin terminar, la gente se
muere de hambre y de sed, como yo. Ahora me doy cuenta del mal que hice.
En esta vida todo se paga.
Duermo
en la calle donde puedo y me dejan, me tapo con cartones que cojo de
las obras, mi casa es ésta, sin jardín ni piscina, sin gente que me
quiera y a la que yo querer.
Lloro
por las noches envuelto en mi manta mugrienta, por haber sido un necio y
por ser lo que ahora soy a los ojos de todos, lo que seré hasta que me
muera por el frío, por pena o por una paliza que me de algún desalmado,
seré un "don nadie", cretino y arrogante.