Rocío cogió el primer avión que salio para Madrid. Fue directa al hospital desde donde la llamaron informándole, que Juan estaba hospitalizado allí.
Albert la llamo preocupado, ella a los pies de la cama de Juan, hablaba con él.
- Cariño. Cómo está?
- Bien, Albert. Pero nos ha dado un susto de muerte.
- Lo se. Se recuperará seguro.
- Sí, lo tienen estabilizado ha sido un infarto, pero con tratamiento, buena alimentación y una vida sana, dejando de fumar claro está, porque este hombre fuma como un carretero, más cuando está nervioso, con lo del trabajo, podrá hacer una vida normal sin excesos. Por ahora le tendrán en observación unos días.
- Estás más tranquila? Me dejaste en "ascuas" cuando desapareciste de la galería, corriendo y sin zapatos.
- Yo sí estoy más tranquila. Pero él tiene un susto que no se mueve por si le vuelve a dar. Dice que pensó que no salía de esta.
- Ya, dile que bicho malo nunca muere. Vio toda su vida pasar en unos minutos. A que sí?
Los dos rieron
- Albert te dejo. Hablamos
- Bien. Cuidaros mucho. Dale un beso y otro para ti.
Rocío miraba a su marido, que dormía, el miedo se apoderó de ella desde la llamada, si le perdía no sabría como vivir sin él..
Juan es su vida, ahora se da cuenta, como pudo haber dudado de sus sentimientos ante la presencia de Ángel. Juan nunca le hubiese hecho lo que le hizo él.
Rocío solo quiere que Juan se recupere y todo vuelva a la normalidad.
Empezó a sentirse mal, salió un momento de la habitación. Hacía un calor espantoso, necesitaba un poco de aire. Todo le daba vueltas, calló al suelo.
Se despertó en una cama al lado de Juan. El médico miraba unos papeles.
Los dos hablaban muy interesados por algo, Juan sentado en el borde de la cama tenía otro aspecto.
- Hola estoy aquí!! Que ha pasado??
El médico se acercó a tomarle el pulso.
- No te preocupes , estás bien. Ha sido un desmayo sin importancia.
- Que haces levantado. Ten cuidado no te caigas. - Dijo Rocío preocupada al ver que Juan se acercaba a su lado.
El médico les dejó solos.
- Tengo algo que decirte.
- Que ocurre?? Qué tengo?? Qué pasa??
- Cálmate. No pasa nada. Es que... Vamos a ser papás
- No, no me lo creo. Cómo?? Cuándo??
Juan no podía reprimir la risa.
- Dentro de nueve meses. Y como pariéndolos. Como va a ser.
- En plural. Dices que son...
- Sí, son dos. Vamos a tener dos bebes. No queríamos niños pues toma dos tazas.
Juan y Rocío se abrazaron, alegrándose por la noticia tan agradable que les habían dado, con miedo pero con inquietud, con el ansia que tienen los padres primerizos, por conocer a sus hijos, pero con la paciencia que les dio el tiempo que llevan esperando por tenerlos en brazos.
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