Todas se preocupan por el estado de Juan y por como se siente Rocío, parece que todo va bien, de momento.
-Tiene un susto tremendo, pero no tanto como el que me dio a mi.
- Se recuperará no te preocupes cuídale y que se cuide es lo más importante. -Dijo Irene.
Irene se da cuenta de que Sara no tiene muy buena cara, se nota que está triste, la visita a casa de sus padres no tuvo mucho éxito, así que, Irene, el corazón de esos encuentros intenta animarla.
- Si es que tenías que haberte cortado el pelo como un chiquillo, a quien se le ocurre presentarse con ese pelo de leona, tan bien cuidado. Y seguro que llevabas minifala. Me equivoco??
- Que idiota eres!! Sabes que siempre llevo pantalones y cuanto más rotos mejor. Y el pelo no me lo cortaré nunca.
- Bueno, pero como les sentó, por tu cara me temo lo peor.
- Mi madre no paró de llorar mientras le contaba todo lo que sentían, ni siquiera se dignó a mirarme a la cara. Se que siente vergüenza de mi.
- Y tu padre??
- Mi padre se levantó para abrazarme, pero mi madre le miró con su cara de perro y el pobre se volvió a su sillón, triste y acongojado.
- Pero ya está. Ya pasó. Ahora son ellos los que tienen que dar el paso y si no lo hacen ellos se lo pierden. -Dijo Rocío.
- Nosotras estamos orgullosas de ti.
Rocío estaba pletórica, su sonrisa extrañó a Irene que se percataba de todo, conocía a sus amigas como si las hubiese "parido".
No le dijo nada por teléfono quería ver sus caras cuando supieran la noticia.
- Y a ti que te pasa?? Están increíblemente guapa, feliz, tus mofletes están sonrosados y tienes una sonrisa... No, no puede ser... Estás... Sí... Lo sabía. Estás embarazada.
Las tres chicas tocaron palmas y gritaron como locas al unísono, el local estaba casi vacío y la poca gente que había miró hacía ellas.
Entonces se calmaron un poco.
- Qué ilusión!! Vamos a ser tías. -Dijo Sara feliz.
- Si. Y no sabéis lo mejor.
Las chicas estaban impacientes.
-Son dos. Dos bebes.
- En serio!!. No puedo creerlo!!. No querías hijos pues toma dos tazas.
- Eso es lo mismo que dijo Juan. -Dijo Rocío riéndose.
Las tres amigas se rieron a carcajadas, intentando no alterar la tranquilidad del café, pero sin conseguirlo.
Sara e Irene se levantaron a la vez para abrazar a Rocío y con el abrazo transmitirle que allí estaban ellas para lo que hiciera falta.Irene pensó mientras abrazaba a Rocío que mejor no les contaría su aventura en el cuarto oscuro y menos con quien había sido. No era el momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario